En el año 2000 (hace nueve ya, como pasa el tiempo) se marchó también mi niña, mi vida, su nombre, Kora, pastora alemán, y sigo soñando con ella... Ojala los humanos fueramos la mitad de bondadosos que los animales... A Kira, y a Kora, donde quiera que estéis... seguid a nuestro lado... seguid siendo igual de dichosas... no cambiéis nunca... Os quiero... Priscilla, me parece genial lo que estas haciendo, te mando todo mi apoyo, gracias de parte de todos los amigos que han marchado. Un beso!